El retrato es una de esas disciplinas fotográficas que todos tenemos que practicar en algún momento y que conviene dominar. Por supuesto no te hablo de que seas capaz de hacer una sesión de moda con modelos profesionales o de retratar a un famoso para una revista. Simplemente me refiero a ser capaz de conseguir mejores fotografías de tus seres queridos, por ejemplo de niños y bebés (que pueden ser tus hijos o tus nietos).
Para ello, ahí van una serie de recomendaciones y consejos que deberías seguir para ser capaz de conseguir unos retratos cada vez mejores.
Busca un lugar bien iluminado
Lo primero que tienes que tener en cuenta es el sitio en el que vas a hacer las fotos porque es importante que haya una buena iluminación. Mi consejo es que deseches el flash, porque su luz es artificial y produce sombras fuertes e irreales (tal y como te contamos aquí), y además está totalmente desaconsejado en el caso de que quieras fotografiar a un bebé.
Así que mejor decántate por la luz natural. Si es un interior el mejor sitio es ponerse cerca de una ventana bien iluminada, pero con cuidado de que los rayos del sol no incidan directamente en el modelo. Si prefieres el exterior, busca lugares bien iluminados pero en los que tampoco haya luz directa. Si es un día nublado no tendrás problema en encontrarlo, si hace sol busca lugares en sombra.
Ojo al fondo de la foto
A la hora de hacer el retrato, hay que centrarse en el sujeto retratado pero sin olvidarse de lo que hay alrededor, con especial atención al fondo. Hay que evitar a toda costa que haya un fondo con elementos extraños, colores que llamen demasiado la atención o cualquier otro elemento en la composición que pueda distraer de lo importante (el retratado).
Por eso lo ideal es elegir fondos lo más simples que sea posible y situar al sujeto lo más alejado del fondo que sea posible. Si no puedes, siempre hay opción de jugar con la profundidad de campo (como te contamos en este artículo) y desenfocar el fondo, pero a menos que tengas un objetivo muy luminoso no te será fácil conseguirlo, sobre todo si el fondo es demasiado llamativo y le roba protagonismo al modelo.
Utiliza un teleobjetivo corto
El objetivo ideal para un retrato sería un 70 o 75 mm, osea un tele corto que tiene una perspectiva adecuada para retratar el rostro humano sin deformarlo (no como los grandes angulares). Así que si tu cámara tiene un zoom normalito (no uno de esos enormes) ponlo en la mayor distancia focal (osea, en la posición donde te acercas más a las cosas) porque probablemente será el punto ideal. Si ves que estás demasiado cerca, y el sujeto no cabe en el encuadre, simplemente échate para atrás. También es recomendable usar un trípode para no tener que estar sujetándola y estar más libres.
Por lo demás, enfoca a los ojos y poco más. Si te estás preguntando qué tipo de ajustes tienes que poner en la cámara tranquilo porque es sencillo. Lo ideal es abrir el diafragma al máximo (para desenfocar el fondo en la medida de lo posible), pero por lo demás no hace falta ningún ajuste especial salvo que pongas una velocidad de obturación adecuada para que no haya posibilidad de que la foto salga movida (1/60 o 1/125 segundos debería ser suficiente).
Gánate su confianza
Normalmente al hacer un retrato lo que buscamos es que la persona (o animal) salga tal y como es; es decir, que salga natural. Claro que a mucha gente no le gusta posar, o no le sale una sonrisa natural. Por eso es vital lograr que el retratado se sienta cómodo y tranquilo. Para conseguirlo, lo mejor es charlar tranquilamente con el modelo con el objeto de que se relaje.
Incluso puedes probar a gastarle alguna broma con el objeto de que se ría de forma natural, y siempre teniendo el dedo preparado sobre el disparador para captar ese momento en el que esboza una sonrisa de oreja a oreja. También es importante evitar las posturas raras o muy artificiales. Te recuerdo, hablamos de conseguir que la persona se vea natural.
La cara no lo es todo
A la hora de hacer un retrato es normal fijarse sobre todo en el rostro. Eso no es malo, pero sí es importante no olvidarse de que la cara no es lo único importante. El cuerpo humano tiene más elementos que pueden ayudar a conseguir una buena foto. Entre ellos cobran especial protagonismo las manos, que bien usadas pueden ayudar mucho a dar carácter a una foto.
Por otro lado, considera también usar algún objeto que pueda ser característico del personaje, y pueda ayudar a caracterizarle. Por ejemplo en el caso de los niños puede ser su juguete favorito, que además puede ser muy útil para que el niño esté más tranquilo.
Ten paciencia
Por cierto que hablando de niños un consejo muy importante es ponernos a su altura (es decir, agacharnos si es preciso), como también lo es tener mucha paciencia con ellos. Y es que, sobre todo en el caso de los más pequeños, no puedes esperar que el retrato perfecto salga a la primera y en diez minutos. Los niños suelen ser sujetos complicados de fotografiar y es difícil que posen para ti, así que a veces es mejor dedicarte a seguirles con la cámara mientras juegan (para ello ideal contar con un teleobjetivo), en busca de ese momento ideal en el que estén dando rienda suelta a su personalidad.
Si no es el caso, y la cosa se alarga, el modelo empieza a ponerse nervioso o impaciente es interesante que le enseñes las fotos que has ido haciendo. Es una buena manera de conseguir que se relaje un poco, o que pueda repetir alguna postura mejorándola. Y si aún así no hay manera, es mejor dejarlo y volver a intentarlo otro día que seguir insistiendo.
Con esto termino por hoy esperando, como siempre, que mis consejos te ayuden a mejorar en tu afición favorita. Ah y por supuesto quedo a la espera de tus comentarios.
Gracias por tus consejos, siempre es bueno tener cerca un profesional