Si piensas que con obtener una buena cámara y utilizarla en modo automático resolverá tus problemas fotográficos, tienes que saber que estás equivocado. Déjame contarte que, si pensabas así antes de adquirir una cámara fotográfica, debes dar un giro a tus pensamientos y entender que la fotografía no consiste en apuntar y disparar un botón, y que hay una infinidad de cuestiones antes de ese proceso. Como por ejemplo aprender a dominar el modo manual de tu cámara.
Utilizar el modo manual de tu cámara a la hora de fotografiar es la clave para poder conseguir esas tomas espectaculares que andas buscando. Y es por eso que hoy te hablaré de 10 errores al usar el modo manual de tu cámara, errores que se suelen cometer a la hora de empezar a usar el modo manual, así podrás aprender de ellos para no volver a cometerlos y mejorar en tus próximas fotografías… Veamos.
1. No cambiar el modo de medición de la luz
Uno de los factores a tener en cuenta antes de fotografiar es el modo de medición de la luz que uses para cada situación. Normalmente, el error es desconocer que esto puede cambiarse desde la configuración de la cámara misma y utilizar siempre el Modo «Matricial o Evaluativo«, que suele ser el que viene por defecto con la cámara. Este modo mide la luz de toda la escena y calcula una media con la que define la exposición más adecuada.
Aunque es cierto que éste suele ser el modo más utilizado, el modo Matricial o Evaluativo (el cual mide la luz en el 100% de la imagen) no siempre es el más apropiado. Los modos de medición «Ponderada el Centro», «Puntual o Parcial«, miden la luz priorizando zonas concretas de la escena.
El modo «Ponderada al Centro« prioriza la parte central de la escena (un 75% de la imagen), El modo «Puntual« se centra en un punto concreto de la escena (5% de la imagen) y el «Parcial« abarca un poco más que el puntual (6-9% de la imagen para ser más concretos). Si los pruebas, te darás cuenta de que para retratos, conciertos o o fotografías a contraluz respectivamente, aprender a utilizar los modos de medición puede ser muy útil y efectivo.
2. No querer utilizar valores ISO altos
Si bien es cierto que debes tratar de utilizar valores ISO lo más bajos posibles, hay ciertas situaciones de luz en donde la cámara te pedirá elevar estos valores. Ten en cuenta que utilizar valores ISO bajos no siempre implica que siempre debes usar una sensibilidad ISO de 100 o 200. Una apertura demasiado alta o una velocidad muy lenta pueden afectar a la nitidez, por lo que vale la pena arriesgarse con los valores ISO.
Sí es cierto que las primeras cámaras digitales generaban mucho «ruido» o grano en las fotografías cuando se utilizaban valores ISO altos. Sin embargo, hoy en día esto ha cambiado mucho y las cámaras son capaces de proporcionar una gran calidad con una ISO 800, 1600, 3200 e incluso hasta 6400 y más en las cámaras de gama más alta.
El ruido es mucho menos perceptible de lo que solía ser, ya que se puede corregir en post producción e incluso puede proporcionar un toque agradable a algunas capturas. La clave está en hacer pruebas con tu cámara cuando dispongas de poca luz y ver hasta dónde es capaz de llegar su ISO sin mostrar demasiado ruido, así ya sabrás dónde está su límite.
3. Utilizar una Velocidad de Obturación muy baja
Para poder compensar la pequeña vibración que se produce cuando fotografías con la cámara en mano, la velocidad de obturación que elijas es aconsejable que sea igual o superior a la distancia focal de la lente u óptica ue estés utilizando. Por ejemplo, si estás fotografiando con un objetivo 50mm fijo, debes utilizar una velocidad de 1/50 s o superior para asegurarte de que la imagen sea nítida.
Por eso, si utilizas un objetivo zoom 300mm necesitarás una velocidad mínima de 1/300 s para que la imagen no salga borrosa. Esto se debe a que esas vibraciones cámara en mano aquí serán mucho más acusadas al hacer zoom a grandes distancias. Si hay poca luz, recuerda que siempre será mejor subir la ISO que obtener una imagen borrosa o trepidada.
Para sujetos en movimiento necesitarás usar velocidades de obturación más rápidas. Solo así lograrás congelar el movimiento y no obtener imágenes movidas. Para personas que caminan, hazte no podrás utilizar velocidades menores a 1/250 segundos si quieres lograr este efecto. Y si el sujeto está corriendo o pretendes fotografiar un ciclista o un motorista, tendrás que subir la velocidad mucho más.
4. Utilizar Aperturas de Diafragma muy amplias la mayor parte del tiempo
Si tienes el objetivo del kit (que suele ser un 18.55mm), esto no suele ser lo más habitual, pero si te acabas de comprar tu primera focal fija con una apertura máxima de f/1.8 o f/1.4, probablemente caerás en utilizar aperturas de diafragma muy amplias.. Ese desenfoque del fondo y ese «bokeh» tan especial que se consigue usando aperturas amplias puede llegar a encandilar y dejar blanca tu imagen
Sin embargo, encerrarse en usar siempre aperturas demasiado amplias puede llegar a arruinar la fotografía. Si optas por utilizar por números f/ bajos, obtendrás una profundidad de campo muy baja y deberás tener en cuenta que el área nítida de la que dispondrás también será muy limitada. Además, habrá ocasiones como en la fotografía de paisajes o de retratos en grupo donde vas a necesitar aperturas más cerradas para conseguir que todo lo que interesa salga enfocado.
Para retratos, por ejemplo, tendrás que enfocar correctamente los ojos de la persona, y si está torcida es posible que solo consigas enfocar un solo ojo y el otro aparezca menos nítido. Por eso, es mejor no arriesgar y usar aperturas f/4 o f/5.6, que para estos objetivos suele ser su «punto dulce». Conseguirás un rostro completamente enfocado sin perder ese «Bokeh» que tanto te gusta.
5. Elegir un Punto de Enfoque incorrecto
Aunque utilices el modo manual de tu cámara, puedes seguir utilizando el modo de enfoque automático de la misma. Antes de nada, revisa los tipos de enfoque automático que tiene tu cámara, así como los puntos de enfoque, para saber qué modo de enfoque utilizar en cada situación.
En ocasiones donde el tiempo apremie o no domines la situación, lo más aconsejable es que utilices el enfoque automático y una apertura que no sea demasiado amplia. Así te asegurarás de sacar imágenes nítidas. Sin embargo, si haces una sesión de fotos y pretendes jugar con el enfoque, te resultará útil usar el enfoque manual.
Al principio, te costará encontrarle la vuelta a utilizar el anillo de enfoque: puedes empezar utilizando trípode y el haciendo zoom con el Live View de tu pantalla activado. Así podrás ver desde cerca y en tiempo real si estás enfocando correctamente y comprobar que la zona que te interesa sale nítida.
6. Utilizar la Compensación de la Exposición
El botón de «Compensación de la Exposición» no es muy conocido, incluso para fotógrafos más avanzados. Si utilizas los modos semiautomáticos de prioridad a la apertura o a la velocidad, esta funcionalidad puede convertirse en tu mejor aliado (sobre todo en escenas donde predomina el contraste de luz).
Debes tener en cuenta que el fotómetro que incorpora la cámara no es infalible y que suele considerar por defecto que todas las escenas tienen un valor de medición de gris medio. Esto puede resultar un incordio en escenas donde haya contrastes muy marcados de iluminación o donde la superficie fotografiada refleje la luz del sol.
Por ejemplo, si fotografías en la nieve brillante, tu cámara medirá la luz e interpretará que necesitas oscurecer mucho la imagen obteniendo una nieve gris en tus fotos. De igual modo, si pretendes hacer un retrato de una persona que está en sombra con un fondo iluminado, obtendrás fondos muy quemados o rostros muy oscuros. En estos casos deberás compensar la exposición según necesites más luz o menos.
7. Utilizar el Balance de Blancos Automático
Aunque uses el modo manual, el balance de blancos normalmente vendrá también por defecto en modo automático. Y si bien es cierto que hoy en día puedes hacer una sesión disparando en formato RAW y en edición cambiar el balance. De hecho, con Lightroom puedes ajustar una imagen y aplicar los mismos ajustes al resto de imágenes de una misma sesión en pocos segundos.
Sin embargo, si realizas ya tus capturas con un balance de blancos adecuado te ahorrarás un paso. Nuestros ojos tienen la capacidad de compensar la diferencia de colores en la luz, pero a nuestra cámara deberemos ayudarla para que ajuste la temperatura de color correcta según cada situación.
Cada cámara te ofrecerá diferentes tipos de balances, además del automático existen algunos filtros con ajustes predeterminados como sol, sombra, nublado, tungsteno o fluorescente. También existe la opción manual para crear un balance de blancos personalizado. Ve probando las distintas opciones y elige la que más se adapte a lo que tú necesitas.
8. Disparar solo en JPEG y olvidar el Formato RAW
¿Qué estás esperando para disparar en RAW? Si tu cámara te permite realizar tus capturas en formato JPEG+RAW, no dudes en seleccionar esta opción. El formato RAW es un auténtico salvavidas que te permitirá rescatar una captura cuando quizá pensabas que estaba perdida.
Si editas un archivo RAW en Photoshop o Lightroom (o en tu programa de edición habitual) tendrás acceso a infinidad de información de luz y color que te permitirá procesar tu imagen con mucha versatilidad. Podrás corregir fácilmente y de forma efectiva errores en la exposición, el ruido, el enfoque o el balance de blancos.
Recuerda que además de aprender a utilizar tu cámara, también es importante dedicar una parte de tu aprendizaje al procesado y revelado de las fotografías en programas de edición. Cuando empieces a investigar, te darás cuenta de que el formato RAW es una opción excelente para convertir una buena captura en una fotografía espectacular.
9. No reestablecer los ajustes al final de cada sesión
Más que un error, esto es un hábito que seguramente no tienes y que poco a poco debes incluir en tu rutina fotográfica. En la mayoría de las cámaras, si cambias ajustes como la compensación de la exposición, el modo de enfoque, el balance de blancos, el modo de medición, etc. seguramente se queden puestos cuando apagues la cámara.
Esto significa que, si utilizas la cámara una semana después, esas configuraciones de la sesión anterior seguirán seleccionadas. Te puedes volver loco viendo que obtienes capturas extrañas sin saber a qué puede deberse. Puedes tardar horas o incluso arruinar completamente una sesión de fotos hasta descubrir qué ocurre.
Por eso, lo más recomendable es que al acabar una sesión restablezcas los ajustes que hayas cambiado y los coloques con una configuración normal. De este modo, cuando vuelvas a coger la cámara estará preparada para disparar y no perderás el tiempo.
10. La cámara no hace al fotógrafo. Sí el ojo.
Al principio te costará mucho acostumbrarte a usar el Modo Manual de tu cámara. Pero una vez tengas claro que lo principal es aprender a dominar la exposición y empieces a hacer fotos, verás que todo será cuestión de práctica. Notarás que vas lento, pero es normal que al principio que te sientas ansioso por que todo se salga bien.
Un último consejo muy importante es que no confíes al 100% de la pantalla LCD de tu cámara. Suele ser muy brillante y de no mostrar los defectos de tu captura en el momento, por lo que podrás llevarte más de una decepción al pasarlas al ordenador. Mi consejo es que revises más en el Histograma, él te dirá todo lo que necesitas saber de tu captura.
Y recuerda: no te rindas, solo practicando, equivocándote y cometiendo todos los errores que te hemos dicho (y más), serás capaz de evitarlos en un futuro. Aprender es caer y levantarse, así que sigue practicando y, sobre todo, mejorando.
Espero que la nota del día de hoy haya sido de tu interés y te haya resultado útil. Espero que te decidas a imprimir tus fotografías y colgarlas en algún rincón de tu casa o bien exponerlas con un lindo enmarcado. ¡Puedes también venderlas! Todo depende de lo que te propongas. Te espero también en mis redes sociales Facebook, Pinterest e Instagram para que estemos siempre en contacto.
…Excelente material académico, la verdad no tenía ni idea como podía utilizar en la cámara. Gracias Juan.