Hoy te contaré acerca de una herramienta muy útil a la hora de revelar tus fotografías y darles tu “toque personal“: Los filtros, conocidos también como «ajustes de revelado» o presets.
Si ya eres un fotógrafo avanzado, sabrás que la mayoría de fotografías que ves hoy en día, están retocadas digitalmente. Y seguramente sabrás también que esto se logra mediante programas de edición y de revelado de fotografías tales como Photoshop y Lightroom del paquete Adobe, entre otros.
Los llamados lightroom presets son una herramienta muy útil y se han convertido en un clásico de la edición y revelado de fotografías desde que apareciera el famoso paquete de Adobe (Photoshop y Lightroom). Son una opción muy válida a la hora de ganar tiempo en el procesado y edición de tus fotografías, más allá de que te ayudan a distinguir tus imágenes entre las del resto de los fotógrafos, pues es que a la hora del revelado de las fotografías, cada uno tiene su manera de revelarlas, de darles más o menos brillo, contraste, saturación, y tonalidad de los colores.
Hay fotógrafos que prefieren darles un tinte más cálido a sus fotografías, otros más frío. Hay también quienes se preocupan mucho por respetar las tonalidades del momento de la toma y prefieren un revelado no muy notorio, y otros que priorizan resaltar los colores de las tomas y que sean fotografías con colores bien vívidos. El mundo del revelado es muy extenso, ¡y la buena noticia es que hay filtros para cada gusto!
¿Qué es un ajuste de revelado o Lightroom Preset?
Estos ajustes no son otra cosa que una acción que incluyen dichos programas y es por eso que hoy me centraré en Lightroom específicamente que es el que comúnmente suelen utilizar la mayoría de fotógrafos a la hora de revelar sus imágenes. En principio, los presets se encuentran en el módulo “Revelar“ de dicho programa, se pueden aplicar con un simple click y ¡Voilá!, tendrás una serie de ajustes y retoques previamente configurados listos para aplicar en tus fotografías, de modo que con un solo toque tus imágenes quedarán con un aspecto diferente al original.
Lo bueno de estos ajustes es que, por un lado, puedes guardar tus propios ajustes -lo cual posibilita agilizar el flujo de trabajo al poder aplicar de forma rápida y masiva una serie de ajustes personales sin tener que repetir el proceso por cada imagen-. Esto aplica si todas tus fotografías han sido tomadas bajo las mismas condiciones de luz, si ésta es muy cambiante, no tendrás otra opción más que aplicar el presets a cada imagen y trabajarla por separado. Y, por otro lado, es que puedes encontrar los ajustes de manera muy fácil (si tipeas en el navegador “Lightroom presets“, saltará una catarata de páginas web con los ajustes, algunos serán gratuitos y otros no).
¿Cómo se utilizan?
Bueno te diré que el proceso es muy sencillo, pues basta un click para que los ajustes queden aplicados a la fotografía. Eso si los aplicamos durante el revelado porque no son una herramienta específica del módulo “Revelar“ en Lightroom. También se pueden usar en otros módulos, por ejemplo haciendo que se apliquen directamente en la importación de las fotografías. Una vez hecho, si el resultado final no es de tu agrado, siempre puedes cambiar los parámetros al detalle a través de las diferentes herramientas del módulo «Revelar» para ajustar las variables.
Pero antes de llegar a aplicar un ajuste, debes saber cómo se importan y cómo se guardan los mismos. Por defecto, el programa trae instalada una serie de ajustes preestablecidos que van desde los más sencillos para convertir una imagen en blanco y negro o sepia, hasta otros para realizar procesos más elaborados. Sin embargo, el abanico de posibilidades que ofrecen los presets de Lightroom es infinito ya que puedes fácilmente añadir los que tu quieras.
Para guardar un ajuste de revelado personal, basta con hacer click en el icono “+” de la pestaña «Ajustes preestablecidos» del módulo “Revelar“. Al hacerlo, se abrirá una ventana que te invitará a marcar cuáles son los ajustes que quieres grabar entre todos los posibles, además de darle un nombre e indicar en qué carpeta se guardará el nuevo preset.
Si lo que quieres es importar uno sólo, debes hacer hacer click derecho en la zona de ajustes preestablecidos y elegir la opción “Importar“. Tendrás que buscar el lugar donde esté guardado y, simplemente, aceptar. Por supuesto, los ajustes también se pueden exportar, haciendo click derecho sobre uno de ellos y eligiendo la opción “Exportar“. Tras elegir dónde se guardará, el programa creará un archivo con la extensión “.lrtemplate” que puedes intercambiar con quien quieras, como han hecho muchos fotógrafos que ofrecen sus presets de forma gratuita (o no).
Es decir, los presets no dejan de ser un pequeño fichero que puedes mover a tu gusto pero, a la hora de gestionarlos, es conveniente mantener un orden y crear carpetas específicas que contengan tus presets personales, y lo mismo con los que vayas importando. Piensa que si los agregas todos juntos, el resultado será una larga lista de ajustes en la que será difícil encontrar lo que buscas.
También debes saber que en la pestaña “Preferencias“ de Lightroom hay una pestaña dedicada a este asunto en el que se pueden configurar varias cosas, entre ellas si los ajustes de revelado se van a guardar con el catálogo, lo cual no aconsejo pues en ese caso sólo aparecerán en ese catálogo en concreto. Además, allí hay un enlace al lugar de tu equipo donde se ubican “físicamente” esos ajustes, lo que resulta útil para gestionar pues los presets pueden copiarse y pegarse directamente como cualquier archivo de tu ordenador.
¿Dónde descargarlos?
Si tienes algo de experiencia con el uso de Lightroom seguro sabrás que se pueden encontrar muchísimos de ellos gratuitos en Internet. Encontrarás también que muchos otros son pagos, pues la creación de presets se convirtió en una buena manera de hacer algo de dinero para muchos fotógrafos reconocidos ya que de alguna manera exponen su propia manera de editar las fotografías con un estilo particular.
Por eso es importante que ante la gran cantidad de oferta de ajustes que hay en la web, no te sientas abrumado y tengas alguna referencia de las páginas a las que acudir para comenzar la búsqueda. En este sentido, nada mejor que recurrir de partida a la fuente original, la página de Adobe Exchange donde encontrarás un listado del que ya puedes descargar unas cuantas referencias.
También existen sitios web que reúnen o engloban a su vez otras webs con presets catalogados por tipos de fotografías (por ejemplo, presets utilizados para fotografía gastronómica, o los presets más utilizados en fotografía de moda o bodas, etc.), como Theme Junkie, Design Shack, y 500PX, entre otros.
Con esto ya tienes un buen punto de partida para encontrar presets gratuitos con los que empezar o bien actualizar tu propia colección. Debajo te dejo algunas imágenes del antes y después de fotografías con y sin presets aplicados para que veas los resultados finales. Te invito también a que si ya utilizas estos ajustes y los has conseguido de manera gratuita, dejes en los comentarios debajo la página web en donde los has descargado para que otros lectores puedan descargarlos también.
Recuerda que estaré leyendo tus comentarios para saber qué te gustaría aprender y darte mis mejores consejos fotográficos. También deseo ver tu feedback en mis redes sociales Facebook, Pinterest e Instagram para que estemos siempre en contacto.
Muy buen artículo! Muchas gracias!!