Si hace poco te conté cómo sacar partido del flash de tu cámara cuando las condiciones de luz no son las mejores, esta vez te voy a enseñar cómo conseguir las fotos sin utilizar la luz artificial. Y es que, a pesar de lo que puedas pensar, cuando hay poca luz se pueden seguir haciendo fotos echando mano de otros recursos que te brinda tu equipo fotográfico.
Ciertamente, capturar imágenes en condiciones precarias de luz es algo que va a suponer todo un reto para tus capacidades como fotógrafo y va a poner a prueba tus conocimientos. Ya sea un paisaje nocturno o una escena en un interior poco iluminado, este tipo de imágenes te va a exigir conocer bien los fundamentos de la técnica fotográfica y dominar la técnica de exposición básica (pincha aquí para saber más sobre exposición).
No hace falta que sea de noche
Aunque quizá no te has dado cuenta, no hace falta que sea de noche para hablar de una situación de baja luminosidad. De hecho, casi siempre que queramos hacer fotos en interiores (de nuestra mascota, un cumpleaños familiar, una obra teatral, una graduación…) estaremos hablando de un nivel de luz bajo.
Eso salvo que vivas en una casa orientada al sur y con enormes ventanales que dejen pasar los rayos del sol. Y es que, aunque nuestros ojos son una máquina casi perfecta que se adapta a la iluminación que haya en el ambiente, a través de la cámara la cosa cambia.
Para afrontar este tipo de situaciones sin recurrir al flash lo primero que tienes que tener es un equipo adecuado. Es decir, básicamente una cámara que te permita hacer fotos en modo manual y, a ser posible, en formato RAW. Idealmente además, debería contar con un sensor lo más grande posible (ojo, no hablo de megapíxeles sino de tamaño real) que responda bien a altas sensibilidades.
Otro elemento importante es el objetivo que utilices. Y es que una excelente ayuda para estos casos es contar con una lente luminosa (normalmente la que tiene un diafragma ƒ2.8 o mayor) y, a ser posible, estabilizador, dos características que nos pueden ayudar mucho a que las tomas salgan perfectamente nítidas. Tampoco podemos olvidar otros accesorios que nos pueden ser útiles, como el trípode y el disparador remoto, aunque estos ya serían elementos más destinados a hacer otro tipo de tomas más específicas, como fotografiar la luna (algo cuya técnica os expliqué aquí).
Cómo tomar fotos con poca luz
Como te decía, para hacer capturas cuando la luminosidad es escasa tendrás que poner en práctica los conocimientos aprendidos sobre exposición. Como te conté, la exposición se regula a través de tres elementos que determinan la cantidad de luz que llega al sensor: La apertura del diafragma, la velocidad de obturación y la sensibilidad ISO.
En condiciones de buena luz, puedes jugar con estos elementos para conseguir unos efectos u otros, como congelar el movimiento o lograr mayor profundidad de campo (para saber más sobre la profundidad de campo pincha aquí), pero cuando escasea probablemente tendrás que exprimirlos en conjunto para lograr que llegue suficiente luz al sensor y conseguir una foto correcta.
La idea, por supuesto, es conseguir una imagen perfectamente nítida, algo que a veces es complicado lograr usando un modo automático (para saber más sobre modos automáticos pincha aquí) porque la cámara tiende a recurrir al uso de una velocidad lenta. Esto hace que sea fácil obtener una foto borrosa si no sabemos cómo evitarlo (para aprender a evitar que las fotos se vean borrosas pincha aquí).
Para asegurarte la nitidez, lo que debes saber es que siempre tienes que utilizar una velocidad con un valor superior al de la distancia focal que estés usando en tu objetivo. Es decir, si estás usando una focal de 50 mm deberías disparar como mínimo a 1/60 segundo, y si es un 200 mm tendría que ser al menos 1/250 seg. Es una regla sencilla que suele dar muy buenos resultados, pero si haces fotos con poca luz rápidamente te darás cuenta de que en condiciones de baja luminosidad tendrás que hacer las tomas a velocidades más bajas. ¿Cómo evitarlo?
Abertura de diafragma y sensibilidad
Pues echando mano de los otros valores, es decir la abertura del diafragma o el ISO. En el caso del primero, se trataría de abrir el diafragma al máximo para que entrara la mayor cantidad posible de luz. Lo malo es que, como comprobarás, los objetivos estándar no suelen ir más allá de ƒ3.5, lo que resulta muy escaso. Por eso antes te he recomendado que, si puedes, te hagas con un objetivo más luminoso. Por ejemplo uno con un valor máximo ƒ2.8 que, aunque no parezca mucho mayor que el anterior, supone que el diafragma deja pasar el doble de luz.
El otro elemento al que recurrir es la sensibilidad que se mide en valores ISO. Este valor se refiere a la capacidad del sensor para captar la luz, capacidad que puede forzarse electrónicamente para que el captor pueda recoger más luz cuando escasea.
El valor por defecto de una cámara suele ser 100 ISO, pero forzándolo se puede llegar a valores mucho más altos como 1600 o 3200 ISO. Esto permite captar más luz, pero a cambio produce un cierto ruido en la imagen (producido por el calor que se produce en el sensor al forzarlo) que se materializa en unos defectos de la imagen. Así, cuanto más aumentemos la sensibilidad menos nítida será la fotografía final.
Jugando con la exposición
Si ya tienes claro cómo funcionan estos tres parámetros, al enfrentarte a una situación de poca luz te darás cuenta de que probablemente te sea difícil mantener una velocidad suficiente para que la imagen no salga movida, y por esto seguro que tendrás que abrir el diafragma al máximo (aunque este valor, como te he contado, es con el que menos puedes jugar en estos casos) y subir el ISO.
Para estos casos es muy importante conocer tu cámara para saber cómo se comporta a altas sensibilidades. Dependiendo de lo avanzado que sea el sensor, es posible que puedas disparar a 1600 ISO sin que el ruido sea un problema y con ello podrás mantener una velocidad adecuada.
Si por el contrario sabes que no puedes ir más allá de 400 ISO (por ejemplo), el único recurso que te queda es bajar la velocidad, agarrar bien la cámara (para saber más sobre cómo agarrar tu cámara pincha aquí) y rezar para que no salga movida. Eso sí, ten en cuenta que por debajo de 1/125 seg nada te asegura que no aparezca borroso cualquier objeto o persona de la imagen que se mueva.
Así que si quieres hacer una foto de tu familia, recuérdales que quien se mueve no sale en la foto. Saludos y hasta el próximo post.
Muy interesante. Lo pondré en practica. Gracias