Hoy vamos a hablar de dos grandes aliados que juegan un papel crucial en la narrativa fotográfica. No sólo guían la forma en que el espectador interpreta una imagen, sino que también despiertan emociones y ayudan a transmitir mensajes. A lo largo del tiempo, muchos fotógrafos han utilizado estos elementos para darle más profundidad a sus fotos, añadiendo capas de significado que enriquecen la imagen.
En este artículo, vamos a ver cómo la luz y el color influyen en cómo contamos historias a través de las fotos, y también conoceremos el trabajo de fotógrafos que han logrado crear una marca personal usando estas herramientas.
El color como lenguaje visual
Los colores son recursos elementales de la comunicación visual dotados de asociaciones culturales y psicológicas que pueden influir en cómo percibimos una imagen. La elección de una paleta de colores específica puede cambiar el tono, el ambiente y el mensaje de una fotografía. Por ejemplo, los colores cálidos como el rojo y el naranja pueden evocar pasión, energía o peligro, mientras que los tonos fríos como el azul y el verde sugieren calma, serenidad o incluso tristeza.
William Eggleston
Es uno de los pioneros en el uso del color en la fotografía artística y es considerado a menudo como el padre de la fotografía en color, gracias a que -en la década del 70- demostró que las imágenes en color podían ser tan artísticas y profundas como lo eran las imágenes en blanco y negro.
Eggleston hace un cuidadoso uso de paletas saturadas para elevar escenas cotidianas a imágenes que simulan puestas en escena. Un ejemplo icónico es su fotografía de una bombita de luz en una habitación de paredes rojo vibrante. El uso del color no solo hace que la imagen sea visualmente impactante, sino que también añade un aire de tensión y extrañeza a una escena mundana. El color aquí es esencial para la narrativa: convierte lo ordinario en algo digno de contemplación.
Steve McCurry
Otro gran maestro del color que fue popularmente conocido por su famosa fotografía de Sharbat Gula titulada «Niña afgana», publicada en una portada de National Geographic en 1985.
En esta imagen, el color verde de los ojos de la niña genera un contraste complementario con su ropa roja desgastada y el fondo deslavado. Este contraste de colores no solo llama la atención del espectador, sino que también genera una atmósfera dramática intensificando el mensaje de la imagen: los ojos de la niña, cargados de profundas emociones, son el centro de la narrativa.
McCurry utiliza el color no solo para crear un impacto visual, sino para dirigir nuestra atención y profundizar la conexión emocional con quienes retrata.
La luz como constructora de atmósfera
Al igual que el color, la luz desempeña un papel esencial en la narrativa fotográfica. La calidad, la dirección y la intensidad pueden cambiar completamente el significado de una imagen. La luz no solo es necesaria para hacer visible la escena, sino que también puede transmitir una sensación de tiempo, lugar y emoción. La luz suave y difusa, como la de un día nublado, puede crear una atmósfera tranquila y melancólica. Por otro lado, una luz dura, con sombras pronunciadas, puede generar tensión, dramatismo o misterio.
Cindy Sherman
Ella es una de las fotógrafas contemporáneas más influyentes. En sus proyectos, utiliza la luz de manera muy efectiva para reforzar la narrativa de sus autorretratos. En su serie «Untitled Film Stills», Sherman se convierte en personajes anónimos de películas ficticias, aplicando la iluminación cinematográfica para crear escenas que parecen fotogramas extraídos de viejos filmes de Hollywood.
La luz, cuidadosamente controlada, añade un clima particular a cada escena haciendo que cada imagen plasme una historia compleja en una sola toma.
Gregory Crewdson
Otro fotógrafo que utiliza la luz de manera magistral para contar historias. Sus imágenes, que a menudo parecen pinturas oníricas, están meticulosamente planificadas e iluminadas.
Crewdson utiliza la luz para crear una sensación de inquietud y misterio, combinando luz natural y artificial para dar a sus escenas una atmósfera surrealista. En su serie «Beneath the Roses», las escenas suburbanas que captura están bañadas en una luz que parece sobrenatural, proponiendo al espectador ir más allá de lo que es visible.
El tipo de iluminación que Crewdson construye para sus fotografías, de sombras profundas y luces emanadas de fuentes inusuales, crea una atmósfera de alienación y aislamiento que refuerza la historia de cada personaje.
La interacción entre color y luz
Si bien el color y la luz son poderosos por sí solos, su interacción puede llevar la narrativa fotográfica a otro nivel. La forma en que la luz incide en los colores de una escena puede cambiar radicalmente su significado. Por ejemplo, una luz cálida de atardecer puede intensificar los tonos rojos y naranjas, mientras que una luz fría y difusa en un día nublado puede desaturar una escena y darle un aire más distante o solitario.
Saul Leiter
Conocido por sus inquietantes imágenes en color de Nueva York en los años 50 y 60, es un ejemplo perfecto de cómo la luz y el color pueden trabajar juntos en la narrativa fotográfica.
Leiter a menudo fotografiaba la ciudad a través de ventanas mojadas o con reflejos, lo que generaba una paleta de colores deslavados, suaves y casi abstractos. En sus fotografías, la luz difusa se mezcla con las paletas de color para crear una atmósfera nostálgica y poética.
Una de sus imágenes más icónicas muestra a una persona caminando por una calle de Nueva York en un día lluvioso, vista a través de una ventana de automóvil empañada. Los colores saturados que se ven apagados por acción de la luz difusa, convierten una escena cotidiana en una imagen cargada de misterio y melancolía.
Alex Webb
Un fotógrafo conocido por su trabajo documental en América Latina, miembro de la Agencia Magnum desde 1979, utiliza magistralmente la luz y el color para añadir capas de sentido a sus fotografías. En sus imágenes, a menudo se ve cómo la luz dura del mediodía caribeño intensifica los colores vibrantes del entorno, narrando escenas de la vida cotidiana en las calles como si fueran pinturas renacentistas.
En conclusión
Tanto el color como la luz son componentes esenciales que definen la narrativa de una imagen. A través del uso consciente de estos elementos, los fotógrafos pueden guiar la interpretación del espectador, provocar emociones profundas y contar historias visuales que van más allá de lo evidente.
La próxima vez que mires una imagen, pregúntate: ¿Cómo afectan el color y la luz a la historia que quiero contar?
Espero haberte inspirado a tomar cada vez mejores fotografías al compartirte el trabajo de artistas increíbles como los que vimos hoy. Ahora me encantaría conocer tu opinión: ¿Qué te parecieron? ¿Tienes algún fotógrafo que te inspire? ¡Te invito a dejar tus comentarios y compartir tus pensamientos o artistas favoritos debajo!
¡Muy buen aporte! ¡Muchas gracias Juan Ignacio!