Creo que uno de los errores más importantes a la hora de realizar una fotografía es no imprimirla. Y es que estamos tan acostumbrados a verlas en las pantallas de nuestros móviles que se nos ha olvidado un poco esto del papel fotográfico, ¿verdad? Es por eso que hoy te contaré todo lo que necesitas saber sobre imprimir fotografías, ¿comenzamos?
Todo lo que necesitas saber a la hora de imprimir tus fotografías
Si alguna vez has llevado tus fotografías a imprimir a una tienda de revelado en una de estas máquinas automáticas y no has quedado conforme con el resultado, déjame decirte que no eres el único al que le ha pasado esto. Las impresoras automáticas irán bien si quieres imprimir las fotos de tus vacaciones en tamaño 13×18, pero si estás buscando una impresión de mejor calidad, que respete los tonos originales de la fotografía o de la edición que le diste, recurrir a estas tiendas no es lo más aconsejable. Otra alternativa son los laboratorios fotográficos, que se especializan justamente en impresiones de fotografías, con equipos y tintas especiales que respetan los tonos originales, y ofrecen papeles fotográficos con gramajes y acabados específicos. Pero es muy posible que si es tu primera vez imprimiendo, te pierdas y no sepas por dónde comenzar. Es por eso que hoy quiero hablarte sobre imprimir fotografías y todo lo que conlleva, así como explicarte todo lo que necesitas saber para que estés más informado a la hora de decidir cómo y dónde imprimir tus fotografías.
Calibración de tu monitor
Lo principal que debes hacer en el proceso de la impresión de tus fotografías, es calibrar el monitor de tu computadora.
¿Verdad que cuando observas una imagen en la pantalla de tu ordenador no tiene nada que ver a cuando la observas en cualquier otro dispositivo? El contraste, la saturación y tonos de los colores, los negros, etc. La diferencia es, en la mayoría de los casos, remarcable. Esto se debe a que las pantallas están calibradas de una forma diferente a los dispositivos móviles, es decir, que reproducen los colores de una manera distinta.
El monitor es uno de los componentes clave del proceso de impresión y es uno de los principales responsables de que los resultados que obtenemos sean más variables de los que quisiéramos. Las principales causas por las cuales vemos tonos distintos en cada dispositivo son las siguientes:
- La cantidad de luz del ambiente.
- La calidad y el tipo de monitor que utilices (CRT, LCD, LED).
- Las marcas y la calibración de colores de cada una de estas.
- El tiempo que el monitor lleva continuamente encendido sin descanso.
- La antigüedad del mismo.
Para calibrar tu monitor, te aconsejo que utilices alguna de las aplicaciones que tu sistema operativo ofrezca, sea cual fuere el que utilices. Los ordenadores con Windows y OS X de Mac traen incorporadas herramientas predeterminadas para ayudarte a calibrar la pantalla, pero si quieres los mejores resultados hay muchas aplicaciones que te permitirán obtenerlos de manera profesional, si te tomas el tiempo para configurarlas correctamente. Una de ellas es Quick Gamma, una aplicación gratuita y bastante simple.
Otra manera de calibrar tu monitor es mediante un software para calibrar monitores. Estos programas constan de un sensor de color (colorímetro) que mide los colores del monitor, y de un software donde puedes introducir los valores que desees para luminancia, punto blanco, brillo, contraste, etc. y éste se encarga de realizar todos los ajustes en el monitor y el ordenador para dejarlos listos para que trabajes con ellos. Algunos de los más utilizados son: Spyder 3 de data color, Huey Pro y Xrite Color Munky.
Ten en cuenta también que no es lo mismo trabajar en un exterior a plena luz del día, que en un cuarto oscuro. Cada entorno necesitará una calibración a medida. Y también es importante que sepas que no sólo el monitor va perdiendo rendimiento a medida que permanece encendido mayor tiempo, también tus ojos se fatigan y pierden sensibilidad y se acostumbran a los cambios de color. Por eso, es recomendable que cada 30 minutos de estar sentado en el ordenador, te levantes y tomes un descanso para descansar la vista.
Ajustes de color
Los espacios de color hacen referencia a la capacidad del ojo humano de percibir la información de los colores (información cromática). Esta capacidad que tiene el ojo humano es muy superior a la que es capaz de representar cualquier pantalla, y por ello se debe hacer una referencia al espacio de color para poder determinar la capacidad de la pantalla de representar los colores.
Existen varias normas para definir el espacio de color, pero las más comunes y utilizadas son sRGB IEC61966-2.1 y Adobe RGB 1998.
Ten en cuenta que cada píxel en pantalla se define por el color que despliega, el cual se define por dos parámetros distintos que son por un lado la crominancia y por el otro lado la luminancia.
En la rueda cromática, la crominancia sería el grado en el que nos encontramos dentro de la rueda de color se divide en 6 colores base: rojo, verde, azul, amarillo, magenta y cian. De los cuales, los tres primeros se utilizan para definir el color en los monitores y de ahí el termino RGB (red, green y blue-rojo verde y azul en inglés) y los otros tres en la impresión donde se utilizan tintas cian, magenta y amarillo para los colores. El negro es siempre la falta de color, que en pantalla es un píxel apagado, en cambio en impresión es necesario ese color negro y de ahí a que se utilice el termino CMYK, donde la K le corresponde al negro.
En cuanto a la luminancia, es el nivel de contraste del color; el cual se define a cuanto más cercano esta del centro de la rueda más cercano al blanco será el color, siendo el blanco la parte central de dicha rueda. Tradicionalmente los conectores las paletas de colores se han definido siempre a un nivel de luminancia en común.
El espacio sRGB fue definido por HP y Microsoft en 1998 con el concepto de que visualizar fotografías a través de Internet (por lo que están comprimidas para ahorrar espacio), asumiendo un promedio del espectro de color que pueden mostrar los monitores. Lo malo de este espacio de color es que su rango es demasiado pequeño para monitores de gama alta.
Por su parte, el espacio Adobe RGB, definido lógicamente por Adobe, se pensó para que las imágenes luego se plasmen en una imprenta convirtiendo sus colores a CMYK, por lo que el espectro es ligeramente mayor pero tiene como desventaja que muchas veces los colores mostrados se separan un poco de los reales. El espectro sRGB capta un 35% de los colores, mientras que el Adobe RGB llega a un 50% aproximadamente.
El universo de los ajustes de color puede ser una misión algo complicada. Si vienes editando tus fotografías en un programa de Adobe (Photoshop o Lightroom por ejemplo), y no tienes mucha idea de los ajustes de color, lo mejor es que mantengas el espacio de color Adobe RGB, ya que es el que funciona mejor de forma general. Ten en cuenta que lo mejor es siempre dejar que el editor gestione los colores y no la impresora.
Configuración de la cámara
Para obtener buena calidad en las copias de papel, hay que empezar el proceso mucho antes, incluso antes de obtener la fotografía. Es por eso que debes tener en cuenta lo siguiente a la hora de calibrar tu cámara:
- Disparar con la máxima calidad: Es importante trabajar siempre a la máxima calidad permitida por la cámara, luego siempre estás a tiempo de recortar, comprimir, etcétera.
- Configura en tu cámara el espacio de color a sRGB: Es el que almacena más información de color y lo alinearás con el del monitor, como te he explicado más arriba.
- Dispara RAW. Este formato almacena más información y te permitirá hacer mejores ajustes en el procesado de la imagen. Si tienes dudas sobre este formato, te invito a que leas el siguiente artículo.
La preparación de la imagen
Una vez que ya has calibrado el monitor y la cámara, debes tener en cuenta lo siguientes aspectos básicos de la imagen a la hora de exportar tus archivos del programa de edición que utilices:
- Tamaño de la imagen: Se da en número de píxeles por ancho y en número de píxeles por largo. Por ejemplo 1024 x 760. Recuerda que El pixel es la unidad básica, el átomo, o la célula el conjunto de los cuales forman una imagen. Seguro que has visto imágenes con mala calidad donde se ven unos cuadraditos por toda la imagen. Eso son los píxeles. También puedes verlos si amplías al máximo una imagen. Cada píxel es de un color, y la suma de todos ellos da lugar a la imagen.
- Resolución: Son los píxels por pulgada (ppp). (Una pulgada equivale a 2,54 cm). La resolución determina la cantidad de píxeles que habrá en un espacio determinado. En este caso, a más píxeles, mayor calidad de imagen. ¿Por qué? Porque el espacio a “rellenar” es indistinto que lo hagas con más o menos píxeles. Si lo haces con más, estos se mantienen de menor tamaño, si lo haces con menos, estos necesitan “crecer” para poder ocupar el mismo espacio y consecuentemente pierdes nitidez. Es por eso que se considera una resolución aceptable para imprimir la imagen, una resolución de 300ppp, aunque a partir de 150-200ppp ya puedes obtener buenas impresiones siempre que no queramos grandes copias.
- Tipo de archivo: Este tiene que ser JPG, las impresoras no reconocen los archivos RAW, por lo que lo mejor es transformarla a JPG una vez hayas terminado de hacer los retoques necesarios en tu fotografía.
- Relación de aspecto: La que utiliza el papel se basa en una relación de aspecto de 3:2 (la que antiguamente tenían los carretes de 35mm). Hoy en día se suele utilizar en cámaras digitales, el formato 4:3, un formato más cuadrado y más adaptado al formato de las pantallas. Es por ello, que la imagen que tomamos y la que definitivamente se imprime, suele necesitar recortes para adaptarla a un formato más rectangular como es el 3:2; el de la mayoría de impresiones en papel.
- Tamaño de impresión: El más habitual es el 10×15. Es el de la mayoría de marcos y soportes y también el más económico, aunque la mayoría de laboratorios tienen muchas más opciones de impresión: 13×18, 15×21, 20×25, 25×30, etc.
Seguramente te estarás preguntando dónde debes realizar todos estos ajustes y cambios para imprimir tus imagenes. Lo mejor es que los hagas en tu editor de imágenes habitual. Este tipo de ajustes suelen estar ubicados o relacionados con el tamaño de la imagen. A continuación tienes un ejemplo de dónde se encuentran los parámetros en Lightroom. Cuando le das a «Archivo-Exportar», se abre un cuadro donde tienes todos los parámetros que puedes necesitar cambiar para llevar la imagen a imprimir: Resolución, Píxeles, tamaño del documento, etcétera.
El papel fotográfico
Una de las grandes preguntas a la hora de imprimir tus fotos en papel, es qué tipo de papel utilizar. Recuerda siempre tratar de utilizar el papel fotográfico de la mejor calidad posible, para asegurar su perdurabilidad y tener en cuenta las siguientes variables:
- Opacidad. ¿Puedes ver a través del papel? Si la respuesta es afirmativa, deséchalo. Cuanto mayor sea la opacidad en un papel, menor será la posibilidad de que la tinta traspase el papel, evitando la mezcla de colores. Normalmente, el papel fotográfico cuenta con 94%-97% de opacidad, por lo que normalmente no tendrás que preocuparte por este problema. Sólo un detalle: préstale especial atención si quieres imprimir por las dos caras (por ejemplo, en el caso de los fotolibros).
- Brillo. ¿Cuánto de blanco tiene el color blanco? El brillo se expresa en números comprendidos entre el 1 y el 100; normalmente, los papeles fotográficos se encuentran en los valores que rondan el número 90 en esa escala. Sin embargo, no todos marcan su grado de brillo, incluso en el mercado encontrarás que muchas marcas utilizan escalas como: extra-blanco, brillo-blanco, etc… grados que no nos determinan exactamente cuan blanco son, por lo que la mejor opción es comparar unos con otros. Si te fijas, verás que hay unos papeles que son más blancos que otros, esto no quiere decir que uno sea mejor que otro, si no que uno se adaptará mejor que el otro dependiendo de la imagen que quieras imprimir.
- Peso y gramaje. El peso dará importancia a tus fotos, evitará que se arruguen fácilmente y les aportará mejor apariencia. El peso se indica típicamente en g/m2. La escala en la que se encuentran la mayoría de papeles está entre los 90 y 270gr, pero al igual que la opacidad, hay marcas que utilizan su propia escala indicando por ejemplo «muy pesado» o «más pesado». En general, nos interesa optar por papeles de mayor peso. Eso sí, es importante que compruebes los rangos de papel que admite la impresora y qué te ofrecen en el laboratorio fotográfico, si piensas recurrir a alguno.
- Acabado. Vas a poder encontrar dos extremos de acabado: «Mate» y «Brillante». Y también una completa escalera de acabados intermedios entre ambos, por ejemplo «semi-mate». Ten presente que, en ocasiones, se usan los nombres en inglés para referirse al acabado. Así que, por si no lo sabes, toma nota: acabado – finish, mate – matte, brillante – glossy.
Espero que la nota del día de hoy haya sido de tu interés y te haya resultado útil. Espero que te decidas a imprimir tus fotografías y colgarlas en algún rincón de tu casa o bien exponerlas con un lindo enmarcado. ¡Puedes también venderlas! Todo depende de lo que te propongas. Te espero también en mis redes sociales Facebook, Pinterest e Instagram para que estemos siempre en contacto.
Desearía hacer una consulta sobre el tema impresión. Además de la impresión clásica en laboratorios fotográficos hoy existe la impresión fotográfica en laser. Es notoriamente y bastante mas económica. Cual son las críticas o las desventajas de la impresión de fotos en laser ??